Hay ciertas partes de la bicicleta que requieren un mantenimiento periódico y preventivo, una de ellas es la suspensión.
La horquilla delantera, exceptuando la lefty, se compone de dos barras con un sistema hidráulico.
La barra izquierda tiene una cámara de aire, que nos permite regular la dureza de la horquilla en función de nuestro peso poniendo más o menos presión.
La barra derecha tiene un sistema hidráulico que determina la velocidad de rebote, el comportamiento de la horquilla y en muchos casos el bloqueo.
El bloqueo de la horquilla es de las partes más caras y delicadas de la suspensión. Básicamente cierra el paso de aceite hacia la parte superior, lo que impide que la horquilla haga su recorrido normal. Este aceite con el tiempo y el uso va perdiendo sus propiedades y es recomendable cambiarlo.
Los retenes o guardapolvos de la horquilla son los encargados de evitar que se meta porquería en el interior de la suspensión y se contamine el aceite.
Debajo de los retenes hay unas esponjillas que van empapadas en aceite y hacen que las barras de la horquilla estén lubricadas y trabajen bien.
Para que el aceite de lubricación llegue a esta parte es recomendable de vez en cuando dar la vuelta a la horquilla para que el aceite que hay en las botellas empape las esponjillas y se lubriquen las barras.
Aunque la horquilla sea nueva, es posible que lleve mucho tiempo fabricada y el aceite haya perdido sus propiedades, es recomendable comprobar el aceite antes de utilizar la bici.
Para que la garantía del producto te cubra es necesario que realices los mantenimientos periódicos, los fabricantes suelen recomendar uno cada 100-150 horas de uso, por tanto, si tu suspensión está dentro del periodo de garantía inicial de dos años, pero tiene por ejemplo 200 horas de uso sin hacer un mantenimiento, la garantía quedará anulada.
Te recomiendo que te asegures que tu horquilla esté en buenas condiciones antes de utilizarla, ya que si no tiene aceite de lubricación, o los retenes están secos y cuarteados se te pueden dañar las barras y es una avería bastante cara, que además hará que tu horquilla no funcione correctamente.
Para hacer el mantenimiento de la horquilla te recomiendo que te pongas gafas y guantes, para protegerte en caso de que salte aceite.
También es recomendable tener un buen recipiente para verter el aceite viejo, alcohol isopropílico para limpiar el interior de las botellas, papel absorbente y un medidor para echar la cantidad exacta de aceite que recomiende el fabricante en cada parte de la suspensión.
Para empezar, quita el tapón del aire y mide la presión, apúntala y sácale todo el aire. Deja el bloqueo de la supensión abierto para que se pueda hundir del todo la horquilla.
Quita el dial del rebote de la parte inferior de la horquilla y afloja un poco ambos tornillos, como 4 vueltas completas, después golpea el tornillo para hundir y despegar el cartucho. Ahora ya puedes quitar los tornillos por completo. Fíjate que no son iguales el izquierdo y el derecho, para después colocarlos en su posición correcta.
Ahora toca quitar las botellas de las barras, vaciar el aceite en el caso de que tenga y proceder a la limpieza de las botellas. Lo primero es quitar los retenes y las esponjillas y poner las nuevas esponjillas a remojo en aceite. Después limpia las botellas por dentro con alcohol y déjalas escurriendo.
Limpia también las barras y hunde los cartuchos para que suelten todo el aceite.
Una vez secas las botellas, vuelve a colocar los retenes ayudándote del útil y de un martillo de nylon, por último coloca las esponjillas debajo de los retenes y aplica grasa en los labios del retén para una mayor lubricación.
Ya tengo las botellas listas para colocar en las barras. Fíjate bien el lado en que va cada cartucho en relación con el puente, si va delante o detrás para no colocarlas mal.
Mételas poco a poco y ambos lados a la vez, puedes quitarle el muelle al retén para que te cueste menos. Una vez metidas más o menos hasta la mitad es el momento de darle la vuelta e introducir el aceite en las botellas por el hueco del tornillo. Lo mejor es una jeringuilla, pero te vale una jarrita o una probeta y un embudo. Cuando tengas dentro todo el aceite sigue hundiendo las botellas hasta que puedas colocar el tornillo y apriétalo de nuevo con el par de apriete que recomiende el fabricante.
Por último, vuelve a meter presión a la horquilla con la bomba, ponle el tapón y límpiala por fuera por si tuviese restos de aceite. Ya puedes volver a colocar la horquilla en la bici.
Este mantenimiento también se puede hacer sin desmontar la horquilla de la bici, aunque a mi me parece mejor desmontarla porque se trabaja mucho mejor y de paso aprovechas para limpiar y engrasar la dirección.
Antes de abrir y hacer nada en la horquilla busca el manual del fabricante y asegúrate que tienes el aceite recomendado y los retenes adecuados.
Hay mantenimientos más avanzados en el que se desmontan por completo los cartuchos y se cambian las juntas tóricas de toda la suspensión, pero lo mismo, tienes que tener todos los repuestos para hacer este mantenimiento, si no lo tienes es mejor no abrir la horquilla.